Estamos en Cuaresma y en la anterior publicación hacíamos referencia a la invitación que el Papa Francisco nos hiciera sobre “No cansarnos de hacer el bien”. En esta publicación hacemos el complemento del texto: “porque, si no desfallecemos, cosecharemos los frutos a su debido tiempo. Por tanto, mientras tenemos la oportunidad, hagamos el bien a todos”. La cuaresma entonces es tiempo para no desfallecer, para cosechar frutos y seguir haciendo el bien. Para nuestra reflexión, les proponemos cuatro vías de vivir la cuaresma:
40 días de reconciliación
Si necesitamos un don en nuestro tiempo ese es el de la reconciliación. La anhela nuestro corazón y los lugares violentados de nuestro mundo. Hay tantos miedos que nos llevan a cerrar fronteras, a formular juicios, y a establecer divisiones… y hay Alguien empeñado en hacernos hombres y mujeres capaces de perdón: de amar a las personas tal como son y de hacerles presentir, más adentro de sus heridas, su propia belleza. Dios reconcilia en Jesús (asume en él, abraza en él) toda la historia humana, y esta es la buena noticia: que somos aceptados de manera irrevocable sin tener que sacar nada de nosotros, sin tener que ocultar nada.
40 días de camino
Nuestra historia está llena de caídas y nuevos intentos. Pero no desesperamos. Porque es Él, ese Dios que siempre está ahí, quien me trata como un maestro de escuela trata a un niño: enseñándome. Y me enseña que mi vida es un camino: que cada caída, crisis, enredo es una oportunidad para vivir de forma más auténtica; que es Él quien sigue dando continuidad a mi historia; que es su pedagogía, a veces extraña, la que me convierte, desbloquea, ilusiona y me impulsa a seguir haciendo camino. Un camino que, al andarlo, me abre a nuevos horizontes.
40 días de oración
En mi interior hay todo un mundo de voces, ruidos y reflexiones que surgen de mí, de los que me rodean, de mi comunidad y también de Dios. Sin duda que la oración me ayuda a entender mejor todo eso y a entender mejor a Dios. Es ese espacio de encuentro donde entre todo el ruido de mi corazón hemos aprendido a distinguir y a poner nombre a una palabra que no viene de mí. Una palabra que hace mi vida más honda, más rica y más profundamente feliz al abrirme a Dios y a los otros.
40 días de conversión
Creo que, en la relación con Dios, muchas veces nos ocurre lo mismo. Salimos a buscarle donde siempre le hemos encontrado, sin pensar que puede estar esperándonos en un sitio nuevo. Por eso, tal vez la Cuaresma sea un buen momento para recalcular-reorientar nuestra ruta y con todo, mirar al móvil de vez en cuando, atentos a sus mensajes.
Para leer la primera parte de la nota, pueda dar clic aquí: “no nos cansemos de hacer el bien”.
Extraído de PastoralSJ
Buen día . Muy excelente
Reflexión gracias por
Compartir . Dios le Bendiga
Invita hacer una constante la reflexión y un deber la acción para avanzar. Gracias, me quedo con “hagamos el bien a todos”
Gracias por alimentar la vida con sencillas y a la vez muy sólidas reflexiones.
Muchas grasias por compartir bonita reflexión