Por: Dulce Paniagua
Una silla, un saco, una silueta humana, un mueble de madera y una inscripción tallada. La impresión es dual, los colores terracota, barro y café presentan solidez, firmeza, horizonte, y la técnica de raspado en cambio difumina los bordes, le da nubosidad a la pieza.

Los símbolos forman una cadena de significados, así la tierra nos recuerda una serie de relaciones con la siembra, el sustento, la vida y cada una de ellas nos lleva a otras asociaciones. Por eso, la literalidad de una silla, no es solo una silla, es el espacio y la ausencia, la mesa, el compartir, o el movimiento de subirse a ella para alcanzar algo más. El políptico “Rogatorio”[1] (2010) de Francisco Auyón, si bien aparenta simpleza, trazos inseguros, en realidad son alusiones acerca de la experiencia propia, la de agradecer, suplicar o de ser liberado.
Este políptico fue ganador del 1er. Premio, en la I Bienal del Istmo Centroamericano, Guatemala, PREMIO TLAHCUILO. Se encuentra exhibido en el pasillo de Rectoría de la Universidad Rafael Landívar, gracias a la vinculación de la Fundación para el Arte y la Cultura Paiz y Artes Landívar.


[1] Políptico es el conjunto de piezas o secciones que conforman la unidad de la obra.