Ing. Lillian Padilla
Docente Facultad de Ingeniería
Uno de los objetivos de la educación es lograr cambios en la manera como se relacionan los individuos con el medio y la forma como se perciben a sí mismos y los demás. Esto se logra con la adquisición y desarrollo de habilidades y aptitudes, adquisición de información, desarrollo de nuevas relaciones y cambios de puntos de vista, hábitos y actitudes. El trabajar en equipo, compartiendo diferentes puntos de vista e ideas enriquecen la experiencia del aprendizaje, más aún, cuando ponen en práctica lo aprendido a personas con necesidades en la comunidad.
Desde hace más de 10 años se identificó la oportunidad de aplicar los conocimientos y herramientas aprendidas a micro, pequeñas y medianas empresas, con el objetivo de mejorar, no sólo la empresa, si no también, el entorno y aportar a la productividad del país. Se desarrolla un proyecto en grupo, donde planean, se organizan y desarrollan un proyecto, de la mano de los empresarios, agregando valor con nuevas ideas y planes de crecimiento personalizados.
La experiencia de aplicar los conocimientos aprendidos a empresas necesitadas de orientación, planes de acción, información, herramientas tecnológicas y estrategias, afianza el aprendizaje desde el corazón. Cada empresario tiene una realidad diferente, una necesidad distinta y una actitud hacia los retos única. Esto hace que los estudiantes vivan esas necesidades, esas realidades, esos retos, haciéndolos propios, buscando formas creativas de aportar valor, de crecer, de generar números positivos para el empresario. Con empatía proponen acciones de mejora y ejecución que lleven al empresario a ser mejor, a cambiar la realidad de la empresa, buscando los objetivos planteados, hacen suyas esas acciones de mejora y planes de acción, que los llevan a experimentar la satisfacción de aportar desde el Ser, al empresario. Servir es trabajar, hacer algo por los demás.
Esta experiencia deja huella, este aprendizaje no se puede cuantificar, cambia actitudes, percepción de la realidad, hábitos y comportamiento. La satisfacción de servir a los demás, a los empresarios que logran percibir la realidad desde otro punto de vista, que conocen nuevas herramientas de gestión y análisis, ese aporte de lo aprendido y lo aplicado a situaciones reales, necesidades reales, hace que en el estudiante valore la experiencia y la haga suya. El agrado de escuchar palabras de agradecimiento, el gusto de ver un proyecto final que valora el empresario y la alegría de entregar un proyecto que incluye nuevas formas de trabajar, son emociones invaluables en los estudiantes. Estas emociones generan en ellos un crecimiento personal que los hace ser mejores personas y profesionales.
La Universidad Rafael Landívar está comprometida con la formación integral, es decir, una formación que une la pedagogía de la inteligencia y del corazón, es ir del saber al gustar y sentir y de ahí al servicio como la manera visible y adecuada de mostrar el amor. El servir a las micro, pequeñas y medianas empresas, con la aplicación de los conocimientos adquiridos, permite al estudiante experimentar una forma de expresión del amor, desde el corazón, dejando una huella imborrable.