Por: Mgtr. Zoraya Maribel Enríquez de Solís,
coordinadora académica Departamento de Educación
Facultad de Humanidades, Universidad Rafael Landívar
Muchas cosas están cambiando en educación, en los últimos tiempos hemos estado aprendiendo que el estudiante debe ser el centro de los procesos psicopedagógicos, es por ello que el nuevo paradigma aprendizaje-enseñanza potencia el aprender sobre el enseñar.
La evaluación representa todo un reto para abandonar los clásicos exámenes, y con ello empoderar a los estudiantes para que tomen el timón de sus propios procesos constructivos, desarrollando habilidades de pensamiento, así como destrezas que permitan evidenciar sus aprendizajes significativos.
Por lo anteriormente expuesto en esta ocasión abordaremos las rúbricas, como instrumentos que pretenden evaluar integralmente saberes conceptuales, procedimentales y actitudinales.
De acuerdo a Díaz Barriga (2005), las rúbricas son escalas de evaluación que guían los niveles de dominio que una persona desarrolla progresivamente ante situaciones determinadas, que generalmente establece el profesor. Para elaborarlas primero se deben identificar las producciones y procesos esperados; seleccionar los indicadores o aspectos a evaluar y finalmente formular-describir los niveles de dominio o criterios que se pueden alcanzar.
Este tipo de evaluación tiene congruencia con los postulados del constructivismo y el socioconstructivismo, pero fundamentalmente permite que los estudiantes conozcan de antemano lo que se espera de su desempeño, es decir, saben hacia dónde se encaminan, por lo tanto pueden involucrarse más con sus procesos de autorregulación y metacognición, se convierte entonces en una evaluación formadora. En este sentido el estudiante va detectando los aspectos que debe mejorar, así como sus fortalezas para autorregular su aprendizaje.
Finalmente, la evaluación debe visualizarse como una ocasión de aprendizaje conjunto, enseña al profesor qué necesita el estudiante y al estudiante cómo organizarse para aprender y desempeñarse de mejor manera. En este sentido, la rúbrica brinda credibilidad y fiabilidad al proceso evaluativo, permite crear situaciones concretas para determinar el nivel de dominio de los estudiantes, ante situaciones contextualizadas.
La principal función de la evaluación con rúbricas, es brindar una mirada formativa (en cuanto orientar el proceso de aprendizaje), y formadora para el estudiante (reflexionar sobre qué y cómo aprende mejor, para aplicarlo en futuras situaciones). Resulta ser entonces una evaluación con sentido pedagógico.
Para consultas sobre el tema puede ingresar a los siguientes enlaces:
- Evaluar con rúbricas
- Evaluar con rúbricas y portafolio Díaz-Barriga. UNAM
- Herramientas para crear rúbricas